Dark Evil´s fukushu (la venganza de Dark Evil)

ok Dark, aqui está la historia que te prometí. es muy larga, pero me parece genial. Léanla y opinen, porfa, quiero saber que piensan de mis dotes como escritor



Hace muchos años, en una provincia lejana, en un pequeño pueblo, existieron dos jóvenes. Esta es la historia de la muerte de uno, y la venganza del otro.

Habían transcurrido décadas, desde que el malvado emperador Oti intentaba tener el dominio y poder sobre las llamadas “tres provincias “, mismas que casi sucumbían ante su poder y su gran ejercito, un ejército numeroso de fieros hombres conocidos como demonios oti, fieles seguidores del emperador. Estas provincias sobrevivían en vida y esperanza, gracias al grupo de campesinos y jóvenes, de la provincia de Sula, al sur de las otras dos, que constantemente detenían el ataque y avance de los demonios oti.

Destacados guerreros de esta provincia habían desarrollado técnicas impresionantes a lo largo de miles de años, como modo de vida y ahora las usaban únicamente en defensa de su pueblo. Una de las batallas más notables que estos guerreros sostuvieron fue la de los Siete Días, en donde dos jóvenes valientes y osados regresaron la libertad a la provincia Rooq, al norte de Sula.

Uno de estos guerreros era Asai, buen cazador y excelente luchador que dominaba el arco, con el cual combatía sin miedo y piedad a los demonios oti. Se ganó entonces el sobrenombre de “Cazador de Demonios”, ya que solía escabullirse por las noches a los campamentos enemigos para acabar con todo demonio a su paso. El otro, o mas bien, la otra joven, era Ebe, joven y de hermoso semblante, era hábil en las artes del combate y muy bien adiestrada en el uso de la espada. A ella la conocian como Dark Evil, sobrenombre que se ganó por el afán que tenia de vestirse de negro para los combates, y la furia que desataba en cada uno de éstos.

Los dos jóvenes eran conocidos en las tres provincias, no por sus habilidades o por sus logros, sino por la historia que los antecedía. Mil años atrás, cuando reinaba la paz en las tres provincias, existió un anciano, al cual todos veneraban, y el cual transmitía a los jóvenes los conocimientos marciales y de combate más impresionantes que nadie jamás sobre la tierra había conocido en aquel entonces. El anciano era avanzado de edad, pero aún así era capaz de enfrentar a todo un ejército por su cuenta, algo que consiguió en más de una ocasión. Muchos ancianos de la región sabían de sus hazañas y por eso no dudaban de sus habilidades para enseñar a los aprendices que en un futuro salvarían al pueblo del mal.

El anciano murió, y junto con él, todo un legado de conocimientos y control de las artes marciales. Sin embargo, al hallar su cuerpo, en posición de meditación en medio del bosque, encontraron a un costado de él una leyenda que decía: “no era mi hora de partir, pero era necesario. Dentro de mil años, se librará la batalla mas brutal y mas significativa que el ojo humano logrará ver y comprender. Será mi deber estar ahí, pero no podría hacerlo estando en este cuerpo. Dentro de mil años llegará a la tierra el ser con el cual estaré. Este ser tendrá mis habilidades, aún sin que algún mortal se las hubiese enseñado, porque yo seré en él. El hijo de mi corazón tendrá el poder, y la lágrima de mis ojos será la esperanza. Hasta entonces, solo me queda decir, espérenme otra vez.”

Todos sabían que estos jóvenes eran la fortaleza y la esperanza del pueblo, ya que aún sin ser hermanos de padres, compartían el mismo espíritu y el mismo dolor.

Al tercer día de la guerra de los siete días, la mas brutal hasta ese entonces, llegó al campamento enemigo el general Markú, hermano del tirano Oti. El general ya había escuchado de las habilidades de los dos jóvenes libertadores, pero el sentía la necesidad de vivirlo en carne propia. Muy temprano, al cuarto día, el general acudió a la batalla para enfrentarse al Cazador, dispuesto a acabar con él, y tomar su cabeza como trofeo.
Los dos se encontraron, y el general advirtió: “en este día, tu corazón va a sangrar, y tu cabeza rodará por el suelo”. Entonces, la batalla comenzó. El general trataba de atravesar el corazón de Asai con su inmensa espada, pero éste la esquivaba en cada ataque. Finalmente, el general, con un movimiento rápido, logró poner al jóven contra un árbol, pero ya era demasiado tarde, porque la flecha de Asai ya había atravesado el corazón del general, el cual no mensionó palabra alguna. Teniendo el general los ojos bien abiertos y aún con vida, Asai dijo “este dia cumpliré tu deseo. Querias un corazón sangrando, y ya lo tienes, querías una cabeza rodando, y yo te la daré”. Lo siguiente que se escuchó en tdo el bosque fue la espada del general Markú, cortando algo así como una cabeza, y luego, algo que rodaba en el suelo.

Los guerreros Sula consiguieron la victoria, y hubo paz en las provincias por tres meses. Sin embargo, lo que había en la ciudad real, donde moraba el emperador Oti, no era alegría, sino tristeza por la muerte de su hermano Markú. El corazón del emperador se llenó de sentimientos de maldad hacia una persona: Asai, y entonces juró tener su vida en sus manos. Pasados doce días de luto, como era costumbre, el general comisionó a sus guardias personales llevar un paquete muy especial a la provincia de Sula.

Durante el tiempo de paz, Asai y Ebe, disfrutaban y jugaban juntos, después de todo, solo tenían diecisiete años. Su lugar favorito para estar, y entrenar, era a orillas del gran lago Etén, en donde pasaban hermosos momentos juntos, riendo y bromeando entre ellos, esa era su forma de mostrar el cariño que sentían el uno hacia el otro, como verdaderos hermanos. Ninguno conocía a sus papás, y los aldeanos no le daban importancia a eso, ya que para ellos, mas que sus protectores, esos dos seres con gran corazón, eran sus hijos.

Pero la paz llegaría a su fin. Esto se vio marcado con la llegada de cinco hombres, vestidos de rojo, que traían un paquete, cuidándolo como un valioso tesoro. Asai y Ebe divisaron a lo lejos a estos hombres, y se prepararon para el combate, sin embargo esos hombres tenían algo más en mente. Al llegar junto a los dos jóvenes, uno de los guardias hizo entrega del paquete a Asai, quien lo tomó desconfiadamente. Sin mas, los hombres se alejaron a gran velocidad de aquel lugar. Teniendo mucho cuidado, Asai abrió el paquete que contenía unas prendas negras y una nota con el sello real, la cual decía:

Tomaste en tus manos la vida de mi hermano, causándome un gran dolor. Tomaré pues ahora tu vida en mis manos. Le envío a tu querida hermana una túnica negra, porque dentro de unos días, ella, y todas las provincias estarán de luto. La sangre correrá, y el corazón de Sula será muerto a espada marcando el fin de la miserable provincia que tanto dolor me causó.

Los dos jóvenes sabían que lo peor aún estaba por venir…

mmm me quede picada wiiiiiiiiiiiiiiii esta super te quelo millones espero que ya pronto venga la siguiente jejeje esperare con gusto yespero que les guste a los que lean wwaaaaaa

super

geneal
cursiiiiiiiiiiiiii!!!! pero lindo seee

en verdad esta buena la historia wenu wenu pero que se me hace que esta histiria sera como una triste historia de amor solo es una opiniion aun no se çsabe pero la neta esta chida see felicicdades la neta me gusto

adios

woooooow que dotes de artista ehhhhhh!!!!!!!!!!!!
mis respetoooos me enknto y me quede pikdisima terminala pronto porfaaaaa!!!!!!!

muy wenaaaaaaaaa

pues si les gustó, trataré de subir las continuaciones cada lunes.Y gracias por leerlo todo, se que va a estar un poquito larga, pero creo que valdrá la pena. seep

oye que interesante historia no sabia esto de ti, por lo visto tienes muchas habilidades escondidas demon muy buena historia

esperare con ansiedad la continuacion

ok dark, perdon por la tardanza. aqui sta la segunda parte. (este reto ya me llevó mucho tiempo)

Capítulo II:
Doce días de luto y una vida de venganza

Los días pasaban y la duda invadía la provincia de sula. Los rumores habían recorrido todo el pueblo y los aldeanos estaban temerosos de que de un momento a otro el emperador mandara a todo su ejército a destruirlos. Los menos preocupados eran Asai y Ebe, que simplemente se limitaban a mostrar una pequeña sonrisa cuando les preguntaban sobre el tema. Mientras tanto, Oti ya preparaba su venganza.

Llegó en aquellos días, el momento de celebrar a los jóvenes guerreros el día de su cumpleaños, aunque más bien, lo que se celebraba era el día en que los hallaron en el bosque, ya que no tenían padres. Todos se apuraban a preparar un gran banquete, gentes de las tres provincias acudían a Sula con presentes, comida y armas como regalos para los festejados. Aquellos días eran los mejores para los habitantes de aquella región. La paz inundaba los corazones, tanto de los aldeanos, como de los viajeros que por ahí transitaban. El banquete fue el mejor de muchos años, gracias a la buena cosecha que se logró salvar semanas atrás, y que no fueron destruidas por los demonios oti.

Asai disfrutaba como nunca, sin embargo en su corazón dominaba otro sentimiento. Sabía que de un momento a otro, los vengadores del emperador llegarían para reclamar su cabeza.

Así, pasó esa noche en vela, creyendo que el emperador aprovecharía la ocasión para atacar.

La noche había avanzado, y algo ocurrió. Se vieron antorchas encendidas a lo lejos en el bosque, por lo que Asai apresuró el paso tomando antes su arco y espada, mientras todos dormían sin preocupación alguna. La noche fue larga, y sangrienta.

A la mañana siguiente Ebe buscaba a Asai por toda la aldea, pro no lo hallaba. Entonces decidió internarse en el bosque con la esperanza de que se encontrara cazando o entrenando, pero fue inútil, ya que no dio con su paradero. Desesperada, y con el sol ya sobre su cabeza, pues era tarde, fue a buscarlo al lago Etén, y lo que descubrió hizo que todo su cuerpo se paralizara.

De pronto, una lágrima brotó de sus ojos negros y penetrantes y recorrió sus mejillas, mientras caía arrodillada al suelo, sin poder creer lo que veía. Era Asai, con una de sus flechas, atravesada en su corazón. Ebe, sintió un dolor intenso en su alma, tanto así que sintió casi como si su propio corazón hubiera sido partido por la misma flecha. Ebe lloró inconsolablemente al ver el cuerpo sin vida del único ser que de verdad la comprendía, y quería. Las lágrimas caían sobre el cuerpo sin vida, y se mezclaban con la sangre en el pecho de Asai. Ebe solo encontró aliento en ese momento al elevar un grito, que se oyó en todo el bosque, un grito que estuvo lleno de dolor, pues no entendía como un guerrero tan bien entrenado pudo haber caído ante simples mortales que tiempo atrás había derrotado con tanta facilidad.

Los gritos fueron oídos por unos campesinos que corrieron a auxiliar a la guerrera. Llevaron entonces el cuerpo de Asai a la aldea, en donde fue preparado para su sepultura, mientras Ebe se encontraba inconsolable.

Doce días después del terrible descubrimiento, Ebe había llorado tanto, que parecía que sus lágrimas se habían acabado. En sus ojos reinaba una mirada de tristeza y dolor, que jamás iba a poder cambiar. Ella se encontraba en medio del bosque, con la mirada fija y perdida a la vez, con dirección al suelo, mientras recordaba los bellos momentos que había compartido con su hermano del alma. Recordaba cuando entrenaban juntos, y reían juntos. Todo lo hacían entre los dos, y ahora parecía como si le hubiesen arrebatado una parte de si misma.

Pero de pronto, algo hizo temblar su mirada. Un sentimiento más fuerte aun que el dolor de la pérdida. Era odio. Un odio tan profundo, y tan feroz, como nunca se conoció. Entonces se puso de pie, e increíblemente una sonrisa atravesó su hermoso semblante.
-yo te vengaré- dijo, mientras corría a la aldea, aún con unas lágrimas secándose con el viento en sus mejías. Al llegar, tomó sus armas, se preparó y, en ese momento, llamó su atención el atuendo que el emperador le había enviado. Dejó caer las ropas fúnebres que cubrían su hermoso y mortal cuerpo, y se vistió con la túnica negra.

Los aldeanos que la habían visto entrar al pueblo tan apresurada se preguntaban que ocurría, pero ella no dijo nada. Entró y salió callada. Pero en su mente solo existía una palabra: venganza. Aun sonriendo, salió de la aldea, dirigiéndose a la ciudad real, con la única mentalidad de acabar con la vida del hombre que acabó con su felicidad.

No hacían falta las despedidas. Todos sabían ya que ocurría. Una mujer se dirigía a una batalla por algo más importante que unas tierras; ella iba a la guerra por amor.

Así, su silueta se alejaba por el horizonte a gran velocidad, mientras los aldeanos veían como su única protección los abandonaba, a la merced de los demonios, con un futuro incierto….

ahhh buenisimo como el anterior FELICIDADEEEEES
continua vamos vamos!!!!!!

orales estoy enamorada de esa historiaaa quiero leer maaaaaaaaaaaaaaas
la verdad te admiro demon
eres supere se te quiere
muaaaaaaaaaaaaah

sigueeeeeeeeeeeeeeee
y

FLICIDADES!!!!!!!!!!

geneal muy bueno demon a ver si hacemos el que me dijiste wajajaja para traumar a dark con el fanfic de miza y demon wajjajaja mmmm... en verdad haremos uno seee de plano jajaa

Jeje eres muy buen escritor, tienes un estilo muy bueno al escribir con poco dialogo pero muy bien explicado y dejando todo a la imaginacion del lector. Tienes muy buena calidad en la escritura y lo reconozco ^^ me encanta la historia, sigue asi

grax por los comentarios, aunque la verdad creo que solo le quedan dos capitulos mas de vida. seep

y con lo del fanfic, miza, seguro que hay que hacerlo

seguramente quedará geneal.

nooooooooooooooo quiero que muera eres malo no quiero moriiiiiiirrrrr

injustoooooooooooooo

pero esta geneal de plano me encanta solo por que estas lejos si no te doy un besooooooooooteeeeeeeeee

se te quiere amiguis bye

jajajajaja


alusinas

ni que estuviera a miles de kilometros. apenas nos separan unos estados de la republica

(se parecen a mis ojos!!)

oseaa terminaaaa termina de una vez esta inquietud me mataaa ahhhhhh
nee pro ya date prisa porfaa, buee tardate pro q sean igual de buenos los capitulos siguientes a esto valee?? seguro q puedes !!!!!

ya te estas tardando y nada que ver con tus ojos se asimilan mas a los mios
muajajajja

pero en fin espero la siguinete
jejeje

jaja. seee


pero bueno. tu sabes que he estado un poquito ocupado. Pues, la espera se acabó. Aqui está la tercera entrega. Espero que les guste XP.


Capitulo III:
La jovencita y el anciano.

El viaje por saciar la sed de venganza había comenzado, y la joven y alegre heroína era ahora un ser casi fantasmal sin nada más en la mente que la sangre de sus enemigos.

Ebe ya había salido de los dominios de las tres provincias, rumbo al norte, con una mentalidad asesina, pero hasta una guerrera como ella necesitaba descansar. Fue por eso que decidió improvisar un refugio en medio del bosque.

La noche se acercaba, el sol se ocultaba cada vez mas rápido, como huyendo de los problemas. Ebe se preparaba para dormir, cuando oyó unos pasos acercándose desde el bosque. Ella solo pensó en que eso significaría más problemas, así que preparó sus armas, dispuesta a enfrentar lo que viniera.

Ella creía estar preparada para lo que fuera, pero al descubrir el origen de los pasos, se dio cuenta de que no era así. De pronto una voz cansada y dulce le dijo “¿Qué buscas aquí?”. Ella, con algo de desconfianza le contestó: “trataré de dormir”. De pronto hubo silencio, un silencio bastante incómodo, que empeoraba aún mas junto con la oscuridad que empezaba a cubrir todo.

-Este lugar es muy peligroso- dijo Ebe. –un anciano como usted no debería andar por estos lugares durante la noche- agregó. El anciano sonrió; la miró a los ojos y le dijo: “una jovencita como tu no debería andar por estos lugares durante la noche”. El anciano entonces invitó a la dulce jovencita a pasar la fría noche en su humilde cabaña. Ebe aceptó, ya que no consideraba al anciano como un gran riesgo, o un rival de temer.

Estando en la cabaña los dos empezaron a platicar sobre las circunstancias que los habían hecho llegar hasta ese lugar. Ebe le comentó al longevo ser la triste historia de su hermano y de la venganza que ella buscaba. Al oír la historia, el anciano dejó salir varias lágrimas de sus grandes, cansados y ojerosos ojos. Ebe se extrañó de la situación y le preguntó al señor sobre la causa de su llanto.

-Así que tú eres esa guerrera- dijo. –La que debía protegernos y no lo hizo-. Ebe, con una sensación extraña, insistió en saber que ocurría. El anciano le comentó con gran tristeza, que mientras en la provincia de Sula tenían una celebración en honor a dos guerreros, en las aldeas mas alejadas al Norte tenían una batalla que no podían ganar. Había resultado que después de la guerra de los 7 días, cuando los demonios oti fueron derrotados y desplazados al norte, a la gran ciudad real, éstos estuvieron entreteniéndose en esas pobres aldeas, destruyendo todo, tanto viviendas, como vidas, con furia y coraje por la derrota pasada.

Una de las víctimas fue la esposa del anciano, que murió en un incendio causado por los demonios en la choza de esta pareja. Con gran tristeza, el anciano le platicó a Ebe la desafortunada historia, de principio a fin. Ebe se sintió culpable, y su corazón entristeció aún mas, pero el anciano insistió en que nadie tenia la culpa; simplemente habían sido las circunstancias, después de todo, ella también había sufrido una dolorosa pérdida.

-Perdón- dijo el anciano. –no me he presentado. Mi nombre es Princo Suine. ¿Y tu como te llamas?-. “Ebe”, dijo ella. Y así fue como estos dos corazones destrozados se conocieron e hicieron buenos amigos, mientras platicaban a la luz de una vela, a la mitad de la nada. Pero la paz de la noche llegaría a su fin.

El emperador Oti se había enterado del viaje de la joven por medio de unos espías, así que envió a un pequeño grupo de sus guardias personales a detenerla, sin importar el costo. Lo único que al emperador le importaba era la cabeza de Ebe. Pero estos guardias no eran guerreros comunes. Éstos recibían entrenamiento en la ciudad real desde pequeños, aprendiendo solo a matar y a proteger al emperador con su propia vida. Los guardias personales tenían prohibido salir de la ciudad real; solo lo hacían por ordenanza del emperador para realizar misiones de asesinato. Si no cumplían la misión en el tiempo establecido, otros guardias tomaban su lugar en la misión, pero éstos debían asesinar a los que habían fallado. Éstos sanguinarios defensores de Oti solo actuaban de noche, bajo la luz de la luna y la abrigadora oscuridad.

Ebe y el anciano dormían, cuando de pronto, todo estuvo callado. Ebe se despertó, pero no había sonido alguno en el bosque; eso fue lo que la preocupó. De pronto, se oyeron unos pasos, acompañados de unos galopes. Hombres y caballos rodeaban la cabaña. Parecía que los guardias habían llegado. Ebe y el anciano no estuvieron seguros de esto hasta que vieron el techo de la cabaña arder. Afuera seguían los guardias, pero el humo invadía todo adentro, agotando el oxigeno y la vista.

Por unos instantes los gritos se detuvieron. De pronto, el anciano sintió que alguien lo tomaba de la cintura. Antes de respirar siquiera, los dos ya se encontraban fuera de la cabaña, pero la situación no había mejorado. Ahora un anciano, y una joven estaban a punto de enfrentarse en una pelea que ya parecía perdida.

-No se aleje de mí- Le ordenó Ebe al anciano. El fuego consumía la casa, y el humo lo nublaba todo. El silencio se volvió a sentir. De un momento a otro se oyeron espadas desenvainándose, y flechas volar. De pronto, la luz de la luna lo aclaró todo. El bosque había sido regado con sangre; con la de los guardias, y con la de Ebe. Al parecer una flecha logró atravesar su brazo, pero aún así la joven logró derrotar a catorce de los quince guardias imperiales enviados por Oti. Un guardia malherido logró escapar.

El anciano notó la profundidad de la herida, pero Ebe parecía no sentirla. No volvieron a dormir esa noche. A la mañana siguiente el anciano se ofreció llevar a Ebe a la ciudad real por un camino secreto a través del bosque. Ebe sabía que más guardias llegarían pronto, así que accedió.

Ahora la jovencita tenía compañía: un anciano que había perdido todo, menos el agradecimiento hacia la joven que le salvó la vida. Así, los dos se encaminaron hacia la ciudad real, atravesando árboles, ríos, y muchos peligros más…

wiiiiiii geneal me encantaaaaaaaaaaa enserio estoy con los ojos cuadrados de la emocion que da quiero ver maaaaaaas seeeeeppp.. encerio te lusiste mi chavo jejeje
i love you no mucho muajajaja
jejejejje

se te quiere un resto kisses

jeje, grax. haces que me sonroje


lastima que solo falte un capitulo.